La nueva ordenanza de publicidad abre la puerta a los rótulos luminosos en las cubiertas de edificios y a los arquitectos no les ha sentado nada bien la idea. "Para una ciudad de este tamaño, puede ser un tema conflictivo tanto por su impacto paisajístico como por la contaminación lumínica", critica en declaraciones a este diario Santiago Rodríguez, tesorero de la delegación compostelana del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG).
En período de exposición pública, la normativa municipal da luz verde a la colocación de publicidad en la cima de inmuebles ubicados fuera del casco histórico. Raxoi autorizará un anuncio por edificio y la superficie no debe superar los 30 m2 (la altura máxima se fija en tres metros y medio). Según especifica el texto, la iluminación proyectada tendrá una orientación descendente y, siempre que la instalación lo permita, utilizará dispositivos de ahorro energético. Los rótulos podrán configurarse tanto con elementos sueltos -letras y logotipos- como piezas sobre un soporte.
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